21 de marzo: un día como hoy, en Sahuayo Michoacán, México
El hecho acaeció en el atrio de la Parroquia de Santiago Apóstol. El 21 de Marzo de 1927, fue la memorable fecha en que cayeron fusilados 27 mártires cristeros. La ejecución la ordenó el General S. González. El pueblo estaba conmocionado hasta lo más hondo de su ser.
En la cueva del Moral, cercana a Cotija, se desarrolló el último combate en que fueron acorralados. El coronel Aguayo, les cayó con su gente el 19 de Marzo de 1927; como a las 2 de la tarde empezó el tiroteo, durando toda la noche y, como a las 6 de la tarde del siguiente día, fueron obligados a salir de la cueva con humo de chile y hierbas. Al día siguiente fueron conducidos a Cotija desarmados. Allí los amarraron de dos en dos y los llevaron a pie, hasta Jiquilpan; Habiéndolos tenido una noche en el calabozo para después llevarlos a Sahuayo a la mañana siguiente. Los encerraron en el bautisterio; como a las 11 de la mañana y 1 de la tarde, empezaron a fusilarlos según el orden de la lista que tenían a mano.
Una vez asesinados, los formaron en hileras en el suelo y los retrataron con el Jefe Cristero que habían dejado vivo, David Galván y otros dos muchachos que no fusilaron por su corta edad entre quienes estaba el narrador del suceso Claudio Becerra. Los tres fueron llevados a Zamora, donde fusilaron al Jefe pero al día siguiente los dos muchachos fueron sacados a declarar y de allí los mandaron presos a México.
Más Sahuayo no ha olvidado ese 21 de Marzo, mes en que se inicia la primavera, mes en que se empieza la germinación de las flores y en que la tierra empieza a revestirse de alegría. Esa tarde como en una paradoja, aparecieron las nubes que habían de ser personajes importantes ante el drama que estaban presenciando. Una vez caídos los 27 cuerpos sin vida, la lluvia caía y caía sobre sus rostros que estaban de frente hacia los cielos. El viento soplaba y lluvia y viento escribían uno de los poemas más conmovedores ante aquel holocausto que se acababa de realizar. El agua se acumulaba en torno de los mártires y escurría por la puerta que desemboca a la calle Morelos, para que en forma lenta, pero pertinaz, avanzara por aquella calleja de piedras desiguales, oscuras, misteriosas; calleja estrecha que en aquel tiempo no tenía nombre, que después se llamó Dante, y hoy lleva el nombre del gran pintor sahuayense Luis Sahagún.
La predicción de Jacobita Zepeda de que había visto correr un río de sangre por las calles de Sahuayo, era un hecho innegable: La sangre de 27 valientes fluía llevada por la lluvia y las flores de una Jacaranda que se hallaba enfrente de la Parroquia, fueron cubriendo los 27 cuerpos de los 27 mártires Cristeros inmolados en Sahuayo.
Sus restos descansan en las catacumbas de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, Sahuayo, al lado de donde estuvieron los restos de Joselito por más de 50 años.
Photo by Corazon Cristero 2015
¡Viva Cristo Rey!
Fuente: https://www.facebook.com/martires.2000/photos/np.160550333.100000219535531/889177507788383/?type=1¬if_t=notify_me
Impresionante historia llena de significado
ResponderBorrarAsí es Josefina. Por esta razón es que se crea una nueva sección o etiqueta, para conmemorar a nuestros mártires.
ResponderBorrar¿La cueva del Moral o la cueva del Galván? ¿O es la misma?
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