La Segunda Cristera en Los Altos de Jalisco

"La historia es una lucha entre los seguidores del único Rey de la creación y sus opositores comandados por Satanás y sus legiones. En ella los hombres son actores en favor de uno u otro".

sábado, 29 de noviembre de 2014

"Nuestro país esta en crisis..."




El analista político Rodrigo Iván Cortés Jiménez, en reciente artículo señala que México: (pasa) del “cisne negro” a la “tormenta perfecta”, es decir que <<pasa por un fenómeno muy curioso, que es el del “cisne negro”. Entiéndase por fenómeno del “cisne negro” una acumulación de hechos, aparentemente fortuitos, que cambian la circunstancia, que cambian la correlación y cambian el escenario completo.

Definitivamente, en términos de narrativa –así es, la narrativa del gobierno federal, la narrativa del Presidente de la República–, era una donde México ya no tenía problema. Osorio Chong se encargaba de decir en todos los estados que la reducción de los homicidios hacía que este país estuviera en otra etapa, en una etapa de reformas estructurales que iban a darle a México un crecimiento económico fulgurante y que hacían el “Mexican moment”, el “saving Mexico” de la revista Time. Y ¿qué es lo que pasó?

Estos hechos, como el de Ayotzinapa, Tlatlaya, y todos los que se han venido juntando, como los del problema con el Politécnico Nacional, y una serie de fosas que es interminable contar, así como interminables los cadáveres. Problema tras problema: La “casa blanca”, la otra casa, las licitaciones que son “ilicitaciones”, que se suben, que se caen… Eso nos lleva a un contexto de “tormenta perfecta”. La “tormenta perfecta”, esto es, cuando se juntan varios factores y hacen que la situación sea muy peliaguda, muy complicada.>>

Además de la inestabilidad política, se dejan sentir el aumento de la criminalidad, se vislumbra una inestabilidad económica a mediano plazo y lo peor la destrucción lenta pero efectiva de la familia y su sustitución por la "ideología de género".

Rebasados y desacreditados los partidos, no se vislumbran en el horizonte los líderes que necesita el país para salir adelante.

Ante este sombrío panorama la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha emitido el siguiente comunicado:

“Nuestro país está en crisis. Eso nos duele y nos afecta a todos. La inequidad, la injusticia, la corrupción, la impunidad, las complicidades y la indiferencia nos han sumido en la violencia, el temor y la desesperación”, advirtieron los Obispos de México a través de un mensaje.

Subrayaron que ante esta dolorosa realidad, “muchísimos mexicanos nos hemos manifestado de distintas maneras para demandar justicia y paz”.

La CEM precisó que conscientes de este deseo de participar y sabiendo que todos somos parte de la solución para construir una nación en la que se valore la vida, dignidad y derechos de cada persona, los Obispos de México proponen cuatro puntos fundamentales:

1. Que del 30 de noviembre, Primer Domingo de Adviento, al 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, nos unamos en un “docenario” (doce días) de oración por la paz, convencidos de que para Dios “nada es imposible” (cfr. Lc 1,37).

2. Que el 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, unidos al Papa Francisco, pidamos la intercesión de la Madre de Dios por la conversión de todos los mexicanos, particularmente la de quienes provocan sufrimiento y muerte, y para que todos pongamos lo mejor de nosotros mismos para hacer posible la paz.

3. Que ese mismo día, 12 de diciembre, conscientes de que La Guadalupana camina con nosotros diciéndonos como a san Juan Diego: “No se turbe tu corazón… ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, nos consagremos a Ella, a nivel personal, familiar o comunitario, ofreciéndole orar a su Hijo Jesús por la paz de manera permanente.

4. Que con la ayuda divina, nos comprometamos a ser constructores de paz. Esa paz que se funda en la verdad, la justicia, el amor y la libertad, como enseñaba san Juan XXIII. ¡Sumémonos a los esfuerzos para atender a las víctimas de la violencia! ¡Participemos en los procesos de justicia, reconciliación y búsqueda de paz! ¡Privilegiemos el diálogo constructivo! ¡Trabajemos juntos en favor de un auténtico Estado de Derecho! ¡Formémonos en valores! ¡Ayudemos a los más vulnerables! ¡Reconstruyamos el tejido social!

Por tal motivo, compartieron la oración del docenario, a fin de que los fieles la recen y compartan con fervor:

Oración por la Paz:

Señor Jesús, tu eres nuestra paz,

mira nuestra Patria dañada por la violencia

y dispersa por el miedo y la inseguridad.

Consuela el dolor de quienes sufren.



Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.


Toca el corazón de quienes olvidan

que somos hermanos

y provocan sufrimiento y muerte.


Dales el don de la conversión.


Protege a las familias,

a nuestros niños, adolescentes y jóvenes,

a nuestros pueblos y comunidades.


Que como discípulos misioneros tuyos,

ciudadanos responsables,

sepamos ser promotores de justicia y de paz,

para que en ti, nuestro pueblo tenga vida digna.

Amén.



domingo, 23 de noviembre de 2014

Padre Pro, la película




Conmemorando su martirio del 23 de noviembre de 1927




En 2007, aparecen noticias sobre la filmación de la película “Padre Pro”. La artista Anabel Ferreira, eufórica comenta sobre la película y su probable estreno para ese fin de año, estreno que nunca llegó. La realidad era que el sacerdote jesuita Alberto Vargas, quiso conmemorar los 80 años del sacrificio del mártir, y así se convirtió en productor, guionista y financiero. Durante siete años se dedicó a conseguir donativos para la realización de la película, al cabo de los cuáles reunió 6 millones de pesos, con los que se inició la filmación. Dirigida por Miguel Rico, con la participación de actores profesionales como Anabel Ferreira, Eric del Castillo (en una soberbia caracterización de Plutarco Elías calles) y otros actores.

A pesar de habérsele propuesto varios actores profesionales para el papel de Pro, quiso que fuese un verdadero jesuita quien lo interpretara, y así fue seleccionado el jesuita Pedro Reyes. La interpretación del padre Reyes muestra que Alberto Vargas, S. J., no se equívoco. Las locaciones fueron en España, Bélgica, y la Ciudad de México, en especial la Colonia Roma, lugares de formación y ejercicio sacerdotal del padre Pro.

No obstante su bajo presupuesto, la cinta está magníficamente ambientada y las actuaciones son de gran calidad. Curiosamente la directora de arte de la película Lucinda Herrera, es hija de Kikí Herrera calles, y bisnieta del Gral. Calles, por lo que consiguió el préstamo de algunos objetos personales del mismo. 

Tras concluir la filmación el padre Vargas se enfrentó al problema de que no había ya presupuesto para la comercialización de la película en las cadenas de cine nacionales, por lo que la cinta quedó para exhibición en parroquias o para comprarla en DVD y verla en casa.

El amigo Reyes, me invitó a la exhibición en la capilla de la Inmaculada Concepción, anexa al templo de la Sagrada Familia, en donde Miguel Agustín Pro Juárez, prestó sus servicios y se conservan parte de sus restos.

Película ampliamente recomendable para adquirirla en alguna librería religiosa, aunque algunas veces se llega a exhibir en el canal de cable “Cine Latino”

Y he aquí la película para que puedan gozarla:




¡Viva Cristo Rey!


miércoles, 19 de noviembre de 2014

Este 12 de diciembre, consagremos a México




La primera nación que se consagró al Sagrado Corazón de Jesús fue Ecuador, el 25 de marzo de 1874. París comenzó la edificación la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, sobre la colina de los Mártires, en 1875 y la consagró en 1919. El rey Alfonso XIII consagró España el 30 de mayo del mismo año. Colombia se consagró el 22 de junio de 1902 y luego en 2008. ¿Y México…?

El cardenal Juan Sandoval Íñiguez -Arzobispo Emérito de Guadalajara- presentó un mensaje el jueves 13 de noviembre, que responde al clamor que el pueblo de México ha venido manifestando desde hace varios años sin que hubiese obtenido, hasta ahora, una respuesta tan contundente. En su Mensaje, el cardenal sostiene que la Arquidiócesis de México será consagrada el 12 de diciembre con la intención de "poner en manos de Cristo Rey del Universo y de su Santísima Madre a sus feligreses, para que queden consagrados y el Señor los tome como cosa suya y los proteja librándolos de los males que los aquejan”. Además, invita a que esta iniciativa se concrete en todo el país: “¡Qué bueno sería que el Episcopado Mexicano secundara esta iniciativa y acordara que ese mismo 12 de diciembre, en todos los Templos de la República, se hiciera la Consagración de México al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María!”.

¿Cuáles son las razones para que México sea consagrado? El cardenal Sandoval presenta tres, que son indiscutibles:

1) “Ante una situación dolorosa: Nuestra Patria atraviesa por momentos muy difíciles, debido a la corrupción generalizada, que ha llevado a la pobreza a la mitad de sus habitantes; debido también a la impunidad, con la complicidad de las Autoridades con el crimen organizado, que ha crecido en forma alarmante, generando secuestros, extorsiones, desapariciones y asesinatos. Semejante a estas masacres, que están a la vista, y en buena medida se publican en los Medios de Comunicación, existe otra masacre silenciosa: la del aborto de miles de niños que son destrozados en el vientre de sus madres; crimen enorme que en algunos lugares hasta está protegido por la Ley. Por otra parte, la familia es atacada sistemáticamente; a la niñez y a la juventud se les corrompe, y quiere hacerse del país otra Sodoma y Gomorra”.

2) “Confianza y protección: La Santísima Virgen María pidió en Fátima, a través de los niños videntes, que Rusia le fuera consagrada a su Corazón Inmaculado para que se convirtiera y para que el mundo se librara de terribles males, y la Iglesia, de persecuciones. Lamentablemente, la Consagración no se hizo sino hasta 1984 por el Santo Padre Juan Pablo II, pero antes de esto hubo terribles guerras y genocidios. El mismo Pontífice Juan Pablo II sufrió un atentado mortal el 13 de mayo de 1981, fecha conmemorativa de la primera Aparición de la Virgen en Fátima. Supo, y lo dijo, que quien lo había librado había sido la Santísima Virgen de Fátima, y eso le movió a informarse acerca de los Mensajes de Fátima y a ponerlos en práctica. Después de la Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, llegó a la Presidencia, en 1985, Miguel Gorbachov, quien dio libertad al pueblo ruso, y hoy en día el Presidente Vladimir Putin es cristiano ortodoxo practicante, abierto al diálogo con la Iglesia Católica. El Muro de Berlín y la Cortina de Hierro desaparecieron en 1989 sin derramamiento de sangre; en Rusia se ha abandonado el comunismo ateo; la Evangelización poco a poco se va logrando y la mayoría de la gente se ha bautizado y comienza a frecuentar los Sacramentos”.

3) “Una magnífica oportunidad: El significado de la Consagración es poner en manos de Cristo a los pueblos y su destino, y arrancarlos de las garras del Demonio, pues nuestra lucha, como dice San Pablo, <<no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del Mal que habitan en el espacio>> (Ef. 6,12).


En la situación en que se encuentra México, ¿quién puede salvarnos?; ¿será el Gobierno, los Partidos políticos o el Poder Judicial y la Policía?... Si el corazón de los mexicanos no cambia, no cambiarán las estructuras de pecado. Sólo Dios puede cambiar nuestro corazón; por eso, nuestra Fe nos hace preguntar y contestarnos con el Salmista: <<Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el Cielo y la Tierra>> (Sal. 121,1)”.

La mesa está puesta, ahora es preciso orar para que sea realidad esto que tanto necesitamos.


Roberto O´Farril Corona

Fuente:http://www.verycreer.com/index.phpoption=com_content&amp;view=article&amp;id=1224:ver-y-creer-consagracion-de-mexico&amp;catid=15:editoriales&amp;Itemid=28

lunes, 10 de noviembre de 2014

Antecedentes históricos de la cristiada I (La Iglesia, el imperio, el reino, la república)



Constantino I


Introducción


No se puede entender apropiadamente ese movimiento social popular bautizado correctamente como la “Cristiada”, partiendo únicamente de la actitud de un presidente admirador de Mussolini, que con la “Ley Calles”, impuso una situación insoportable para los católicos, a los que no quedó otro remedio que tomar las armas; ya que en el siglo XIX, habían ocurrido hechos similares, que por su lejanía y por deseo expreso de los “gobiernos revolucionarios” han quedado sepultados entre el culto juarista, la intervención francesa y el ascenso de Porfirio Díaz al poder. 

En este trabajo rescato del olvido histórico términos, tales como son “los religioneros” y “la pax porfiriana”.

La Cristiada, como se verá posteriormente fue el desenlace dramático de cien años de enfrentamientos, ente dos fuerzas políticas, pero también espirituales, en donde irrumpe el levantamiento espontáneo de un pueblo vigoroso para defender su libertad de creencias. 

Los actores seculares:

I.- La Iglesia Católica


Cuando Jesucristo funda su Iglesia, no entrega un manual de operación a sus discípulos, sino que deja a la razón humana y al libre albedrío, auxiliados por el Espíritu Santo, la forma en que se ha de organizar a sí misma, la Iglesia; así como la relación que ha de establecer con el poder temporal. Esto conlleva un lento, arduo y a veces ríspido aprendizaje, en el que a través del acierto-error, la Iglesia va descubriendo como se ha de relacionar con el imperio, con la monarquía y posteriormente con la república. Esta situación no es privativa de la Iglesia Católica, ya que la Iglesia Ortodoxa, al desprenderse de la Católica, también la experimenta fuertemente. No sucede así, por ejemplo con la Iglesia Anglicana, que se separa uncida al rey y así continua hasta la fecha.

La Iglesia Católica nace bajo la persecución del monarca judío y del césar romano, pero al convertirse el emperador Constantino, experimenta lo que es ser una religión de estado. En occidente esta situación tendrá sus altas y bajas, según el emperador en turno sea creyente o no. Al caer el Imperio Romano de Occidente, el poder del estado se fragmenta en múltiples reinos bárbaros. La Iglesia Católica se convierte entonces en preservadora de la cultura greco-romana y a su labor evangelizadora agrega la de civilizadora de los pueblos bárbaros.

El resultado de esta labor de cerca de diez siglos es una civilización cristiana que recupera los ideales y pensamiento de la Grecia clásica y de la Roma, republicana e imperial.

El fortalecimiento de los reyes y de los emperadores llevó a varias experiencias. Así por ejemplo, Carlomagno entrega territorios a la Iglesia por que posteriormente se llamarán estados pontificios, y que la Iglesia en un momento defenderá como parte de su patrimonio. Sin embargo poco a poco se fue definiendo, -cada vez con mayor claridad-, que el poder de la Iglesia no era el temporal, sino el espiritual y el moral. Abandonar el poder temporal lleva sobre todo al Papa a ser presa fácil de la ambición de los monarcas, como sucedió con Napoleón que secuestra a Pío VII.

Sin duda ha sido un camino difícil, de graves errores, de doloroso aprendizaje, pero en el cuál la Iglesia ha ido encontrando su lugar dentro de la realidad temporal de las relaciones con los estados, y aunque el estribillo se lo hayan apropiado los liberales, lo que siempre ha buscado la Iglesia es la separación entre la Iglesia y el Estado, pero dentro de una relación respetuosa y cordial.

En la Nueva España para favorecer a la evangelización se aplicaron las disposiciones de la Real Cédula del Patronato en Indias (Real Patronato Indiano) que colocaba bajo autorización real, la construcción de iglesias, catedrales, conventos, hospitales, la concesión de obispados, arzobispados, dignidades, beneficios y otros cargos eclesiásticos. Los prelados debían dar cuenta al Rey de sus actos. Si bien el Patronato se veía como benéfico para la evangelización de los nuevos territorios en América, Asía y África, con el paso del tiempo dejó de surtir sus beneficios y se convirtió en una pesada carga para la Iglesia. Así se explica que el Papa haya tenido que acceder a la expulsión de los jesuitas de la Nueva España en 1767, bajo el reinado del monarca Carlos III. Obviamente la expulsión implicó la confiscación de sus dominios y propiedades por parte del reino.

El absolutismo de las monarquías europeas se dejó sentir también en la Iglesia novohispana, ya que tuvo que soportar las exigencias de los Borbones, en especial de Carlos III, que impuso elevadas cargas económicas para financiar sus guerras europeas, con el Real Decreto de Consolidación (de vales reales) en Nueva España de 1804, motivo poderoso, pero poco considerado; para el subsecuente movimiento de independencia de 1808 y 1810.



II.- El Estado masónico-liberal y el gobierno de los EE. UU.


La masonería fue formalmente introducida en Nueva España por las tropas expedicionarias peninsulares, que arriban a raíz del movimiento insurgente. Aparece hacia 1813, el primer grupo masón conocido como “partido escocés”, en la Ciudad de México. Si bien en un principio sus iniciados eran todos oficiales peninsulares, a lo largo de los años comenzaron a adherirse los novohispanos, que hacía 1819 ya eran numerosos. Entre los primeros masones de este rito se encuentran Antonio López de Santa Anna y Nicolás Bravo, ambos presidentes de la república en diversos períodos.


Fueron los masones de la Gran Logia Mexicana, organismo principal de la masonería escocesa, reforzada por los diputados mexicanos que habían participado en las Cortes españolas de Cádiz y que para entonces volvieron, entre ellos: Santa María, Mariano Michelena, Ramos Arizpe, Iturrubaría, y Mayorga, quienes coordinados por el agente confidencial de los Estados Unidos en México, Joel R. Poinsett, hicieron fracasar el naciente Imperio Mexicano. Poinsett definía así su misión: “si lograba el cambio de límites propuestos por el gobierno angloamericano se reconocería a Iturbide para que firmase el tratado respectivo; si no lo lograba había que derrocar al Emperador”.



Con la finalidad de llevar a cabo su misión plenamente, Poinsett funda la masonería del Rito de York, para lo cuál cuenta con innumerables recursos y la colaboración de Lorenzo de Zavala, José Ignacio Esteva, José María Alpuche y Vicente Guerrero. Su crecimiento fue exponencial y en poco tiempo contó con 130 Logias repartidas en la República. Esta masonería estaba totalmente supeditada a las logias de Estados Unidos (Charleston y New Oleans) y se impuso finalmente al Rito Escocés, tanto militarmente como en adeptos.

Después del Tratado de Guadalupe-Hidalgo y del Tratado de la Mesilla, por los que México perdía más de la mitad de su territorio, el embajador John Forsyth comunicaba a William L. Marcy, -Secretario del Departamento de Estado de EE. UU.-, el 8 de noviembre de 1856: “…aunque la regeneración del país pide la restricción si no el aniquilamiento del poder moral, político y monetario de la Iglesia, tal reforma necesita emprenderse por grados y con cautela…hasta que el nuevo gobierno esté firmemente establecido en el poder. […] El nuevo partido razona más o menos así: la regeneración de la nación mexicana y la estabilidad de su gobierno, sólo pueden lograrse controlando los elementos que estorban la primera y hostilizan la segunda: esto es la Iglesia y el Ejército. Para controlar a ambos es preciso ser amo absoluto de ellos. En cuánto a la Iglesia, es imposible; en cuánto al Ejército es practicable”.[1]


Jorge Pérez Uribe



[1] Alvear Acevedo, Carlos, Historia de México, Editorial Limusa, S. A. de C. V., México, 2007. Pág.266