La Segunda Cristera en Los Altos de Jalisco

"La historia es una lucha entre los seguidores del único Rey de la creación y sus opositores comandados por Satanás y sus legiones. En ella los hombres son actores en favor de uno u otro".

miércoles, 10 de diciembre de 2014

María de Guadalupe en el Vaticano




Será un hecho histórico y eclesial, el Papa Francisco proclamará esta gran "influencia" de la Virgen en el mundo de habla española proyectándola a nivel global




Guillermo Gazanini Espinoza


El Cardenal Norberto Rivera Carrera se encuentra en Roma para celebrar a la Virgen de Guadalupe, Patrona de Latinoamérica y las Islas Filipinas. Será un hecho histórico y eclesial, el Papa Francisco proclamará esta gran "influencia" de la Virgen en el mundo de habla española proyectándola a nivel global cuando, en el centro de la cristiandad, este evento latinoamericano sea de especial relevancia en la vida de la Iglesia, de América y Asia.

En primer lugar, la festividad es antesala al viaje papal a Sri Lanka y Filipinas a partir del 12 de enero de 2015. Según el secretario del Pontificio Consejo para América Latina, Guzmán Carriquiry, una gran presencia de filipinos está prevista en la celebración e implica la consagración previa del viaje al mayor de los países asiáticos en cuanto al número de católicos y su herencia española. Será una continuación del viaje a Corea, realizado en agosto de este año, que actualizó la realidad de la Iglesia mártir y su crecimiento; en Filipinas, el Papa confirmaría este favor de la Virgen y, como ha sido constante en su pontificado, seguiría los pasos del Beato Paulo VI cuando, 45 años atrás, visitó las Islas en 1970.

El Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila, dirigió en septiembre una carta a los fieles advirtiendo que “la visita pastoral del Papa Francisco, centrada en la misericordia y la compasión, sin duda ofrecerá grandes oportunidades de experimentar la gracia, para escuchar llamadas, cuestionando entornos seguros, valorizar a los pobres, la renovación de la sociedad, cuidar de la creación, vivir honorablemente” y consolar especialmente a las víctimas de los fenómenos naturales.

En segundo lugar, dadas las condiciones críticas de nuestro país, la celebración vaticana revitalizaría la tarea de enarbolar a la Virgen de Guadalupe como un ícono de unidad incorrupto para promover la paz y la reconciliación en una nación católica mayoritariamente. Ya los obispos de México iniciaron la campaña #por1Méxicoenpaz y el día excelente para rogar por la reconciliación sería el 12 de diciembre, prolongándose más allá del adviento 2014. Por lo pronto, la presencia de indiscutibles protagonistas de la Arquidiócesis de México este fin de semana motiva el conocimiento del hecho guadalupano uniendo fe e historia, por un lado, por la concelebración donde estará el Cardenal Norberto Rivera como custodio del milagroso ayate, además de presidir el Rosario del Amor Guadalupano y, por el otro, del director del Instituto de Estudios Guadalupanos, el padre Eduardo Chávez, quien según el mismo secretario del Pontificio Consejo para América Latina, dictará una Conferencia sobre la “perfecta inculturación” y las últimos descubrimientos en la tilma del nativo de Cuautitlán.

La necesidad de unidad y de convivencia pacífica se confirma por el mensaje del Arzobispo de México dado a conocer esta semana. Francisco, dice el Cardenal Rivera Carrera, continuó proclamando la universalidad y actualidad de la imagen y del mensaje guadalupano: “La aparición de la imagen de la Virgen en la tilma de Juan Diego fue un signo profético de un abrazo, el abrazo de María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas, a los que ya estaban allí y a los que llegarían después. Este abrazo de María señaló el camino que siempre ha caracterizado a América: ser una tierra donde pueden convivir pueblos diferentes, una tierra capaz de respetar la vida humana en todas sus fases, desde el seno materno hasta la vejez, capaz de acoger a los emigrantes, así como a los pobres y marginados de todas las épocas. Una tierra generosa”.



Y esta tierra generosa, necesitada de consuelo ante tanto sufrimiento de propios y extraños, desearía recibir a Francisco y esa es la mayor expectativa en la celebración guadalupana: la posible confirmación de la visita papal en 2015.



Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/sursumcorda.php



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